Expertos del sector financiero afirman que en Argentina la demanda de monedas digitales se ha incrementado considerablemente en los últimos meses. La opinión más acertada es que, las criptos permiten realizar pagos casi de manera inmediata. Las operaciones que incluyen a las monedas digitales se han convertido en la mejor alternativa a pesar de las limitaciones que tienen algunas.
Una agencia de noticias argentina, informó que, la demanda de monedas digitales en todo el territorio ha aumentado especialmente cuando de transferencia al exterior se trata. El pasado 11 de Abril del presente año, la agencia dio a conocer que gran parte de la población se encontraba buscando la ayuda necesaria para, no solo conocer un poco más de la industria sino también para efectuar las transferencias necesarias.
El mundo actual
Para los operadores financieros la demanda de monedas digitales es “increíble” y que, las criptos en comparación a la moneda soberana, no sufrirá tanto en vista de la situación que está viviendo “el mundo” en estos momentos.
Gonzalo Arzuaga, miembro de, Terrífico Capital, alegó que la propagación del coronavirus, no solo afecta al sistema de pagos tradicional sino además a la industria de las criptomonedas, pero el impacto no ha sido en gran medida ya que en vista de que las transferencias tradicionales se han detenido, aquellas que involucran a las monedas digitales han sido repotenciadas, y cada vez ofrecen más “medidas” para efectuar las operaciones.
Mientras el sistema tradicional se paraliza, la demanda de monedas digitales cobra camino rápidamente.
Arzuaga alegó que las transferencias con monedas digitales pueden realizarse en segundos. Sin embargo no podemos ignorar que el mercado de las criptos es uno de los más volátiles. De hecho, es tanto el riesgo que estas generan qué, incluso los más experimentados deciden hacerse a un lado mientras el mercado logra alcanzar un punto medianamente estable.
Lo ideal sería darle un oportunidad a las stablecoins siendo estas un tipo de activo, cuyo valor depende de una segunda fuente (una fiduciaria), lo que garantiza en cierto modo, mayor estabilidad que las monedas digitales a las que estamos acostumbrados a utilizar.