Crowdfunding, ¿qué es, cuándo utilizarlo y cuáles son las ventajas para las startups? 

 

Contar con un buen capital es el factor clave al momento de emprender o potenciar un negocio, si bien hay personas que utilizan sus propios ahorros o el dinero proveniente de la venta de algún activo, no todos tienen esta suerte y deben salir en la búsqueda de opciones de financiamiento.

Actualmente, las instituciones financieras ofrecen cualquier cantidad de productos, por desgracia, los trámites burocráticos se convierten en una gran barrera. Ante este panorama la solución puede estar en una plataforma digital de financiamiento participativo, esta opción no solo elimina los largos procesos, sino que brinda acceso a condiciones más favorables en lo que respecta a los intereses y plazos.

¿Qué es el crowdfunding?

A diferencia de los créditos o préstamos de la banca tradicional, el crowdfunding es un método de participación colectiva, donde el único requisito es disponer de una idea de negocio atractiva para los inversores.

La gestión se realiza por medio de una plataforma digital de financiamiento participativo, ya que sirve de conexión entre los dueños de los proyectos y un grupo de personas dispuestas a invertir.

La mejor parte es que existen varias modalidades para elegir, desde donaciones y recompensas, hasta financiamiento colectivo de acciones. La diferencia entre una y otra depende del origen del dinero, así como las condiciones que establecen los inversores para liberar el capital. De esta forma tenemos:

Donaciones : no se espera el retorno de la inversión ni ninguna clase de retribución.

Recompensas : implica algún tipo de compensación, no necesariamente de tipo económica.

Financiamiento colectivo de acciones : establece que los inversionistas deberán recibir parte de las ganancias, pero no se involucran en el desarrollo del proyecto.

¿Cuándo conviene hacer crowdfunding? 

Si bien esta forma de financiamiento se ajusta a diferentes escenarios, incluso si la intención es invertir tu dinero, los especialistas recomiendan elegir en función de la etapa del proyecto en la que se encuentra.

Fase inicial 

En esta etapa lo más conveniente es descartar el crowdfunding. La razón de ello obedece a que es demasiado arriesgado emprender una campaña sin tener un Mínimo Producto Viable (MPV), el cual suele ser desarrollado en la fase inicial.

De esta manera, conviene utilizar recursos propios y dedicar el tiempo a la búsqueda o desarrollo de un MPV viable de acuerdo a nuestro público objetivo.

Fase temprana

Una vez que tenemos el MPV, el siguiente paso en el plan es dar a conocer el producto o servicio. En este sentido, los expertos aconsejan implementar el crowdfunding de recompensa.

A través de la recaudación se minimiza el riesgo, ya que no existe la obligación de devolver el capital recibido en caso de fallar. En esta etapa lo ideal es validar el producto y conseguir seguidores, por ello, debe acompañarse de una buena estrategia de marketing digital.

Fase de crecimiento

La ventaja de una venta anticipada es que existe la certeza de contar con un proyecto sostenible. Esto implica que todo está a favor del crecimiento y que necesitaremos una inyección de capital. Por consecuencia, llegó la hora de permitir la entrada a los inversores.

Aunque todo depende de cada proyecto, en general, durante esta fase se suele contar tanto con un buen plan de negocio, como de una página web con autoridad, dos características que despiertan el interés de aquellos que invierten su dinero a través de plataformas de financiamiento participativo.

Fase de expansión 

Por norma, esta es la etapa en la que los emprendedores o dueños de negocios se atreven a dar el último paso y solicitar crédito. Como comentamos al inicio, el crowdfunding ofrece un par de ventajas inminentes: simplifica el proceso y otorga mayor flexibilidad.

Gracias a ello, y teniendo en cuenta que el producto o servicio ofrecido ya se encuentra facturando, da igual si el objetivo es su lanzamiento en otros mercados, la ampliación del rango de operaciones o, simplemente, diversificar, las probabilidades de incurrir en deudas se reduce de forma sustancial.

Materializar esa idea de negocio que tenemos en mente nunca fue tan sencillo  

Sin importar el nicho o la modalidad escogida, el crowdfunding es la forma sencilla de materializar una idea de negocio, ya que representa el camino directo hacia un grupo de personas interesadas en invertir.

Pero eso no es todo, la disponibilidad de un proyecto atractivo implica la aprobación rápida del capital, pues no existen las trabas que se derivan de los tediosos trámites burocráticos.

Igualmente, no podemos olvidar que una respuesta positiva quiere decir que el modelo de negocio es viable, pues las plataformas de financiamiento se encargan de llevar a cabo un análisis de la demanda del producto o servicio.

Por otra parte, recibir una inyección de capital mediante el crowdfunding eleva el potencial de la propuesta, a fin de cuentas, si personas extrañas están interesadas en invertir es porque encuentran potencial en nuestro proyecto.