Recientemente se dio a conocer que en Argentina, se había puesto en marcha un nuevo sistema de criptoseguridad, el cual estaría vinculado con la Unidad de Información Financiera (UIF).
Momento más tarde, en un informe de prensa se aclaró que, en realidad es la UIF la que ha decidido reforzar sus sistema de gestión y con ello el de seguridad. El objetivo es organizar todo tipo de información que permita ejecutar actividades sin generar ningún inconveniente con la ley, al mismo tiempo que se da fin a los actos ilícitos que pueden no sólo perjudicar al usuario sino a toda una empresa.
Medidas
Dentro de las mejoras que involucra el sistema de criptoseguridad de la UIF se encuentra, la entrega obligatoria de aquella documentación que involucre cualquier actividad “sospechosa” por parte de una empresa, por lo que las entidades deben presentar un informe de todas las transacciones que han realizado.
¿La razón? En los últimos meses las actividades virtuales han incrementado un 30%, esto incluye también “fraudes”, por tal motivo entidades como, Bancos, Aseguradoras, Galerías de Arte, Asociaciones que regulan actividades deportivas, Fondos comunes de inversión, y las Casas de Cambio, deberán realizar un seguimiento de todas las actividades que realicen si las mismas son basadas en monedas digitales.
De igual manera, la Unidad de Información Financiera, solicitó a las entidades antes mencionadas, mayor precaución respecto a sus recaudos, acciones que a largo plazo pueden significar una amenaza para todo el sistema financiero de una nación.
Tal parece que la decisión de la UIF, de reforzar su sistema de criptoseguridad, se debe a que el Gobierno ha decidido apuntar por las monedas digitales. Aunque esta actividad no sea del todo “errada”, puede generar ciertos inconvenientes y utilizarse para fines negativos. La economía en Argentina ha tenido altos y bajo en los últimos meses, razón por la cual se ha dado una oportunidad a las criptos, sin embargo son muchas las personas que han decidido llevar a cabo transacciones sin tener un conocimiento previo del poder con el que cuentan los activos digitales, de allí la idea de optimizar cualquier sistema de criptoseguridad.