Para poder entender qué son los préstamos personales primero repasaremos de forma general qué es un préstamo. El término préstamo hace referencia a cuando se entrega algo a una persona y que ésta tiene que devolverlo después, siempre siguiendo ciertas condiciones que se tienen que haber establecido previamente.
De esta forma, cuando hablamos de este tipo de servicios, como podrían ser los préstamos personal en Málaga, nos referimos a un servicio financiero que puede ser otorgado por bancos o por otras instituciones financieras, en el que se involucra un préstamo de dinero a una persona.
Una de las características principales de los préstamos personales es que estos no suelen exigirle a la persona que lo solicita una garantía real (como podría ser una hipoteca), lo que significa que la entidad financiera sustenta el prestamos en el simple compromiso de pago por parte de la persona que está solicitando el préstamo. Aunque es cierto que pueden revisar el perfil en búsqueda de morosidad para denegar el préstamo.
Debido al “alto riego” que implica esto para la entidad financiera, algunos de estos servicios tienen tasas de intereses altas que presionan a la persona a que lo pague dentro del tiempo indicado, que suele ser corto.
Asimismo, algunas de estas entidades financieras pueden solicitar a la persona que cuente con una garantí colateral, la cual supone un respaldo mayor para evitar el impago del préstamo. En algunos casos la entidad financiera también puede llegar a actuar en contra de los bienes del deudor en caso de que éste no pague la deuda en determinado tiempo. Sin embargo, todos estos aspectos pueden variar de un servicio a otro, por lo que es necesario leer bien todas estas especificaciones antes de solicitar un préstamo personal.
Historia de los préstamos personales
Si miramos el origen de los préstamos tendríamos que regresarnos hasta la historia antigua, ya que las antiguas civilizaciones ya realizaban préstamos. De hecho, la palabra “préstamo” proviene del latín, específicamente de la palabra “praestarium”, que es el resultado de unir los prefijos “paer” que significa “delante”, el verbo “stare” que significa “estar prestado” y el sufijo “arium”, que significa “pertenencia”.
Desde la época de los romanos y los griegos se manejaban los préstamos y también ya se tenía el concepto económico de “intereses”, aunque no estaba regulado por nadie, por lo que los prestamistas podían cobrar los intereses que quisieran.
Los créditos también son bastantes antiguos y la palabra también proviene del latín, específicamente del verbo “credere”, que significa «cosa confiada», la cual hace referencia al derecho que tiene una persona a recibir algo de otra persona deudora. Así que como puedes ver, estas dos acciones económicas son bastante antiguas.
Sin embargo, si te estás preguntando sobre el origen de los préstamos personales rápidos, también conocidos como préstamos rápidos por algunos, su origen es más moderno gracias a que estos se pueden solicitar por internet y a que presentan varias diferencias muy considerables con los préstamos que son otorgados por los bancos convencionales.
Este tipo de préstamos personales suelen hacerse por cantidades más pequeñas y el dinero se entrega dentro de muy poco tiempo, siendo perfectos para salir de cualquier urgencia. Estos préstamos nacieron en la última década bajo la demanda de muchas personas de obtener algo de dinero prestado de forma más rápida y sencilla, ya que este tipo de servicios no suelen solicitar muchos requisitos y no son muy estrictos.
Lo cierto es que estos han mostrado ser de mucha utilidad, sobre todo en los casos en que las personas no tienen la opción de solicitar un préstamo con un banco convencional.